martes, 9 de marzo de 2010

LA PARROQUIA DE GUADALMEZ: DE ANDALUCÍA A LA MANCHA

Desde los mismos orígenes del cristianismo en esta tierra, Guadalmez ha estado siempre ligada a Córdoba, pues ya el Concilio de Elvira del año 302, el primero celebrado en la Bética, contó con la presencia de Eumencio, presbítero de Solia, ciudad romana situada a orillas del río Guadalmez, a la que algunos autores ubican junto a la desembocadura de este río con el Zújar, y que formaba parte del Conventus Cordubensis, siendo Osio su primer obispo.

Antes incluso de la conquista cristiana, tras el periodo de Al Andalus, el papa Honorio III, en la Bula de 8 de febrero de 1217, dejaría Chillón y su aldea de Palacios de Guadalmez bajo la jurisdicción del obispado cordobés, tras delimitar el territorio perteneciente al Arzobispado de Toledo, en el que sí se incluiría la antigua diócesis de Oreto, de la que formaban parte la mayoría de los actuales municipios de Ciudad Real.

Tanto Chillón, como su aldea de Palacios de Guadalmez, pertenecieron durante siglos al reino de Córdoba y a su obispado, hasta que en 1833, por un Real Decreto de 30 de noviembre, se crease la provincia de Ciudad Real, y pasaran a formar parte de la nueva demarcación manchega.

A pesar de ello, la parroquia de San Sebastián de Guadalmez seguirá perteneciendo eclesiásticamente al Obispado cordobés, y así aparece descrito en la Guía del Estado Eclesiástico de España para el año de 1849:

“… No hay territorios de otras diócesis enclavados en esta, y todos sus pueblos corresponden en lo civil á la provincia de Córdoba; solo los de Chillón y su anejo Palacios de Guadalmez pertenecen á Ciudad Real…”

O en la delimitación que del Obispado de Córdoba describe en 1867 el “Manual histórico-topográfico de la ciudad de Córdoba” de D. Luis Mª Ramírez y de las Casas Deza:

“... Fuera de la provincia tiene el Obispado a Chillón y su aldea de los Palacios de Guadalmez, que son de la de Ciudad Real...”

Con el Concordato de 1851 entre el Reino de España y el Estado Vaticano, comenzará a fraguarse la idea de erigir una nueva diócesis en las tierras del antiguo obispado de Oreto, incorporadas desde la conquista cristiana al arzobispado de Toledo, y que pasaría a denominarse Obispado de Ciudad Real, para aglutinar como Priorato a las cuatro órdenes militares de Santiago, Alcántara, Montesa y Calatrava. Pero la supresión de las órdenes miliares durante la I República, el 9 de marzo de 1873, impedirá que tal propósito llegue a ejecutarse. Habrá que esperar al reestablecimiento más tarde de las mencionadas órdenes militares y a la promulgación de la Bula Ad Apostolicam, el 18 de noviembre de 1875, por el Papa Pío IX, para que el nuevo Obispado de Ciudad Real sea una realidad. La referida Bula asignará a la nueva diócesis todo el territorio de la provincia civil de Ciudad Real, “... integrum territorium Provinciae civilis Cluniae cum ómnibus civitatibus, torris, castris, pagis...”, lo que significará que también las poblaciones de Chillón y Palacios de Guadalmez, abandonarán la diócesis de Córdoba para pasar a integrarse en el nuevo Obispado de Ciudad Real. Con ello, la parroquia de San Sebastián dirá adiós a su último obispo cordobés, el gran filósofo tomista Fray Ceferino González. En el Auto Ejecutorial de la Bula Ad Apostolicam, llevado a cabo por el Arzobispo de Toledo, el Cardenal Moreno, el 15 de mayo de 1876, se señalará como nuevo territorio del Priorato de las órdenes militares en su límite meridional:

“... sigue toda la cordillera de dichos montes o sierra de Almodóvar y va a caer al río Guadalmez por los molinos de la Ribera. Ya en este punto, toma la corriente del expresado río y no la abandona hasta la desembocadura del mismo en el Zújar, donde termina la provincia de Córdoba y el límite del Sur.
De este punto, y formando ángulo con el Guadalmez, parte el límite de Oeste de dicha provincia de Ciudad Real, cuya línea divisoria entre esta y la de Badajoz pasa por poniente de Chillón...”

En su punto tercero va a establecer que “...este territorio del Priorato de las Ordenes lo componen:...Chillón, con su parroquia de San Roque y su filial la aldea de Guadalmez: tiene dos mil novecientas quince almas, y las iglesias y ermitas del Santo Cristo de la Caridad y la de Guadalmez...”.

Dicho Auto Ejecutorial será promulgado solemnemente en Ciudad Real, por el citado Arzobispo D. Juan Ignacio Moreno el 4 de junio de 1876, día de Pentecostés, siendo nombrado como primer titular de la silla episcopal manchega D. Victoriano Guisasola Rodríguez. Pocos años después, en 1892, se celebrará el primer Sínodo Diocesano donde se aprobarán las Constituciones Sinodales del Obispado-Priorato de las Cuatro Órdenes Militares, y en el que participará como ecónomo de entrada el párroco de Guadalmez, D. Antonio Sánchez Tirado.


Carlos Mora Mesa

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